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Seamos líderes chingones

En México el 80% de las empresas carecen de líderes, de acuerdo a una publicación de Forbes México. Seguramente muchos están pensando, “no es mi caso, yo sí soy un líder”, pero habrá también quienes perciban este problema en sus empresas; los invito a que lean lo que es para mí un líder chingón.

El líder chingón, antes que nada, debe de ser una persona con visión, con una pasión que se contagie, alguien que nos muestre una posibilidad distante y retadora, pero que logre hacerla atractiva para todos. El líder es el primero que debe poder responder, ¿a dónde chingados vamos? y ¿qué tan alto vamos llegar?

Ahora bien, tiene que ser una persona con pleno conocimiento de sí mismo; es decir, identifica sus debilidades y explota al máximo sus fortalezas, por lo tanto se rodea de gente que lo complemente a él y al proyecto: un líder chingón se enfoca en desarrollar las fortalezas de cada integrante de su equipo.

Sin duda, el líder debe ser una persona competente, un experto en lo que hace, dedicarse a conocer la información del mercado, dominar el negocio; pero atención aquí, el reto para el líder chingón es mantener la mente del principiante, y para esto requiere sin duda, la siguiente característica: la humildad; pero, ¿pueden ser nuestros líderes lo suficientemente humildes?

Los jefes que utilizan frecuentemente la frase, “a mí nadie me va a decir cómo llevar mi negocio”… no son líderes, habrá por ahí sus excepciones, pero son la minoría. La humildad es la que nos permite seguir aprendiendo, es la misma que hace que reconozcamos nuestros errores y corrijamos el rumbo cuando nos equivocamos.

La humildad es quizás la virtud más importante de un líder chingón, porque gracias también a ella, dejamos de querer ser “los protagonistas”.

Un líder chingón ilumina, no brilla.

El líder tiene que ser empático, no solo debe generar empatía afectiva (ser capaz de sentir lo que siente el otro), sino también cognitiva. ¿Qué quiere decir esto? Un líder no necesita “ponerse en los zapatos del otro”, es más, dejemos esa frase en desuso; necesitamos entender a los demás… ¡sí!, ser capaces de entender que cada persona ve una realidad distinta a la nuestra, comprender la perspectiva y las motivaciones de los demás.

El líder tiene el compromiso de generar espacios seguros donde no haya miedo a las consecuencias de un error. No podemos ser líderes chingones en empresas donde todos tienen miedo de decirle al “líder” que está mal o de proponer una idea ¡porque los corren!, eso simplemente no es liderazgo.

Por último, el líder debe de ser asertivo, saber comunicarse, saber transmitir a la organización su mensaje; pero además, saber escoger las batallas, establecer prioridades… e ir por todo.

Te invito a ser un líder chingón, ¿te atreves?

Les dejo unos títulos que sin duda les gustarán y puede ayudarlos a profundizar en estas reflexiones.

Créditos

Imagen: Freepik.com | Usuario: @jcomp

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