¿Existe el bien y el mal?

Quienes me conocen saben que diría: “pues depende”, y es que todo en esta vida es relativo, ¿qué no?; incluso una vez alguien me cuestionó si “matar” por lo tanto era bueno, como si a eso invariablemente yo fuera a responder “no, claro que eso es malo”…

Pero, ¿qué pasa cuando tienes que hacerlo en defensa propia, o debes proteger a otra persona de un agresor?, ¿está mal?, dirán ¡Ah, eso es diferente!, ¿qué cambia? ¿el contexto? En realidad lo que se altera es nuestra percepción ante un mismo hecho, frente a un incidente que el cerebro decide juzgar con base en nuestros modelos mentales.

Ahora bien, no digo que el acto de quitarle la vida a alguien sea bueno, lo que trato de explicarte es que todo dependerá de nuestra cultura, de nuestra experiencia y de esos acuerdos sociales a los que todos los humanos suscribimos. El suceso por sí solo, no se puede valorar sin evidencias, sin contexto, sin conocer la versión completa de los hechos, ¿te suena familiar?, esto precisamente se hace en un juicio.

Y dirán, “A ver, pinchi Chavalalo, ¿a dónde vas con todo esto? porque me estás perdiendo…” Espera un momento y te lo aclaro; así como todo depende de la interpretación social e individual que construimos en nuestra mente, puede ser que estemos emitiendo juicios de forma equivocada, sustentados en todo lo que creemos malo, ¿por ejemplo?, pongamos una situación hipotética… una persona por su religión podría no comer carne de cierto animal, alguien con otra tiene prohibido ingerir café, otros encontrarán el perdón de sus pecados pagando con dinero, habrá algunas religiones en las que se permita la poligamia y se dará el caso para quienes tener sexo simplemente por placer es vivir en pecado. ¿Por qué todo lo anterior “está mal”?… en estas frases recorrí varias religiones y por lo menos en una de ellas tu argumentarás ¡no bueno, es ridículo!, pero quizás en una también dijiste “sí claro, eso está mal”, entonces… ¿por qué sí podemos juzgar a un tercero y no ponemos en duda nuestras propias creencias?…

Si te preguntas por qué hablo tanto de religión, es porque sea cual sea, estas son las grandes educadoras del mundo; es decir, son las que han transmitido los conceptos básicos del bien y del mal generación tras generación… dejemos un momento eso y pasemos a otro punto. ¿Qué pasa con ideas como “estás mal porque votaste por ese partido”, “estás mal porque no crees en dios”, “está mal renunciar a tu trabajo por irte a emprender”?… y podría seguir la lista, pero el problema de estos juicios, tanto religiosos como en todos los demás contextos, es que nos niegan la posibilidad de entender una realidad alterna, de generar nuevas formas de ver la vida y seguir creciendo.

Te invito a que la próxima vez que estés tentado a comentarle a alguien “estás mal, mi chavo”, te hagas una simple pregunta: ¿y si el que estuviera mal soy yo? ¿qué es lo que él está viendo y yo no? ¿podemos ser humildes y empáticos para tratar de comprender su experiencia, su contexto y sus creencias?…

Si no cuestionamos todo lo que creemos malo, si no aprendemos de los demás, si no nos permitimos crear nuevos juicios, estaremos condenados a una vida que la sociedad moldeó para nosotros. Acabo de ver la serie “Poco Ortodoxa” en Netflix y en ella se muestra este proceso de confrontación con nuestras creencias y nuestros modelos mentales, se las recomiendo y espero que aprendamos todos a ser los primeros críticos de nuestra vida, atrevernos a cuestionar y cambiar lo que creíamos inamovible, porque recuerda que todo depende del cerebro que lo interprete.

Por último y como dice el meme.. sin miedo al éxito… ¿te animas?

Créditos

Imagen: Freepik.com | Usuario: @nensuria