InLife

¡Maldito ego! ¿será?

¿Te dicen muchas veces “eres un ególatra”? ¿Has pensado en que el “maldito ego” es la razón de todos tus problemas? Hoy te invito a que veas con otros ojos el egoísmo y hagas un poco las paces con esta característica que está presente en muchos de nosotros.

Hace unos días en un ejercicio con mi coach, descubrí o más bien, pude ver de una manera más funcional mis ganancias a través de mi ego, ejemplo, el ego es el que me motiva a hacer ejercicio, cuidarme fisicamente y trabajar arduamente para lograr mis objetivos; también el ego me mantiene en movimiento y me dice que puedo lograr aún más, me mantiene en un grado de insatisfacción permanente, como dice el libro de Originales, me reconozco como un inconforme permanente.

Y dirán, “no inventes y ¿eso es bueno?”, no digo que sea bueno o malo, simplemente me ha funcionado para llegar a ser lo que hoy soy, por ejemplo: estar escribiendo un blog, quizás es motivado en parte por mi ego, ¿no crees?… tan es así que mi blog es mi apodo.. Wow… producto de mi ego.

¡Pero está bien! hoy ya he hecho las paces con mi egoísmo, lo abrazo y reconozco el bien que me hace, y ahora empieza el verdadero trabajo, saber limitarlo…

El ejercicio que empecé a hacer es pensar en los costos que tiene, porque si tengo ganancias, seguramente también tendrá algún costo oculto, ¿no?, haciendo la lista encontré varios, compartiré algunos:

  • Puedo ser terco y querer imponer mis opiniones
  • Podría llegar a no pensar en los demás con tal de lograr algo
  • El ego podría cegarme y no ver lo mejor para los demás

Y solo por poner unos ejemplos.. la lista es algo larga… Pero mi coach me dijo: “bien, entonces cuando empieces a ver estos costos, es el momento que le digas a tu ego: bájale”

Dirán: “¡obvio güey!, y pues sí, podría ser obvio, pero cuando estás en medio de una discusión, ¿cómo saber que es tu ego el que empieza a tomar el micrófono?, creo que el ejercicio no es darte cuenta que YA es tu ego el que habla, sino antes de que incluso salga al escenario, pedirle que se quede sentado… ¿cómo es esto?, bueno, antes de hablar con alguien, de entrar en una discusión, antes de hacer algo, preguntarme: “que voy a ganar yo; pero más importante: qué gana con quien estoy hablando”… ganar-ganar, si fuera tan sencillo no existiría la frase “te montas en tu macho”, y creo que es porque dejamos al ego como protagonista y luego nos arrepentimos.

Bien, te voy a decir lo que empecé a hacer:

  1. Aceptar que soy un orgulloso, como TODOS los demás
  2. Siempre existirá ego en todos, aunque sea en una mínima expresión
  3. Preguntarme: ¿cómo gano yo y cómo hago ganar al otro?
  4. Mi ego está bien en existir, pero mi cerebro puede estar equivocado

Si aceptamos que el ego es un mecanismo que nos motiva a querer salir adelante, a brillar, a ser mejores… ¡está chingón! pero no confundamos “querer tener la razón” con TENERLA. No está mal ser orgullosos, pero hay que ser lo suficientemente humildes para no querer pasar por encima de nadie.

El ego muchas veces se disfrazará de AMOR, “hago todo por amor”, se disfrazará de PASIÓN, de RESPONSABILIDAD y de INTELIGENCIA; solo la HUMILDAD, podrá mantenerlo a raya cuando empiece a pasar los límites.

Insisto, acepta tu ego, negarlo solo empeorará las cosas… y una vez que aceptas que lo eres, comenzarás a ponerle límites… ¿qué es lo peor que puede pasar? … bueno… no te voy a mentir, puedes seguir siendo un tremendo ególatra… que nada cambie, pero el conocimiento es poder, y si te reconoces con esta característica podrás construir una mejor versión de ti, incluso sobre de ella… ¿te atreves?.

Créditos

Imagen: Freepik.com | Usuario: katemangostar

Deja un comentario