• Home
  • Life
  • Yo compito contra mí mismo… ¿seguro?
InLife

Yo compito contra mí mismo… ¿seguro?

Una de mis creencias más arraigadas podría decirse que es: “Mi competencia es conmigo mismo”, y aunque suena muy romántico para algunos, resulta un arma de doble filo, ¿por qué? déjenme les cuento…

Una de mis principales motivaciones desde hace unos años viene de una simple frase “Lograr ser la mejor versión de mí” (ojo, estoy claro que nunca podré decir que ya lo logré) y está padrísimo querer ser mejor cada día, ser más chingón, ¿no? nadie podría decir que está mal querer mejorar día con día, simplemente crecer… ¿o sí?

El problema viene cuando nuestros estándares de mejora son poco exigentes, cuando nos damos con una pequeño avance cada dos, tres meses por la simple razón de que a nuestro amigo Don Cerebro no le gusta esforzarse; y si lo dejamos libre de “mejorar”, simplemente nos dirá “tu tranquilo, claro que estamos mejorando”.

A lo que voy, es que si en verdad quieres mejorar, si de verdad quieres lograr una mejor versión de ti, el trabajo de competir contra uno mismo debe de ser consciente, debe de ser un desafío constante, donde midas el progreso, demostrarte que de verdad avanzas.

Una de mis indicadores personales por ejemplo, es el número de horas que dedico a la capacitación, a mi educación y preparación profesional. Caso contrario, no es un indicador relevante para mí, las horas que trabajo, porque podríamos caer en la trampa de decir “es que trabaje 10 horas más esta semana”… “¡ah canijo! ¿pero si me hizo ganar más dinero, cómo no va a ser crecimiento?” esta es una de las trampas de nuestro cerebro, el trabajar más, si no es en un proyecto de emprendimiento, si no es en algo nuevo, que nos haga de verdad potenciar nuestra capacidad de generar riqueza, en realidad no es desarrollo personal, es simplemente: horas extras.

Lo que si mido como crecimiento personal, es precisamente las horas que dedico a nuevos negocios, nuevas ideas, nuevas formas de producir dinero, y no significa que tenga que ganar mucho más, ojo, lo importante es salir de la zona de confort y hacer cosas distintas, aprender, equivocarse y seguir creciendo.

Algo que me gusta mucho, son mis indicadores personales, tal cual, porcentaje de grasa corporal, peso, musculatura; son son claros y concisos para decirme si estoy haciendo un progreso con mi cuerpo, no se diga los metros que nado, las veces que acudo a entrenar, evidencias que digan que estoy comprometido con mi cuerpo y mi salud.

La mente puede decirnos “bueno, más gordo no estás”, puede incluso decirnos “no se puede todo en la vida, !hombre, relájate¡” pero recuerda que al que menos le gusta esforzarse es a él… ¿entonces?

El crecimiento personal debe de medirse para tener evidencia de que seguimos creciendo, de que estamos haciendo una mejor versión de nosotros, no es una afirmación que solo debemos de hacer en la mañana frente al espejo… es un plan de acción que debemos de traducir y soportar en hábitos.

¿Y tú que indicadores empezarás a medir a partir de hoy?

Créditos

Imagen: Freepik.com | Usuario: master1305

2 Comments

  • Yael Lojero

    agosto 21, 2020 at 8:20 pm

    Dicen por ahí que lo que no se mide no se puede mejorar y estoy de acuerdo con ello. Es importante conocer dónde estamos parados y hacia dónde queremos ir pero también es muy importante día a día conocer nuestros avances para motivarnos o aplicarnos más.

    Sí la competencia es conmigo misma pero a veces darme cuenta de qué hacen los demás me sirve para apretar un poco más cuando es necesario.

    Responder
  • michelle dominguez zorzano

    agosto 21, 2020 at 10:18 pm

    A veces tener un cómplice ayuda. Alguien que nos ayude a mantenernos en el camino. A veces ni siquiera tiene que ser un amigo. Puede ser un competidor sin el cual, dejaríamos de mejorar.
    El punto aquí es… para qué? Sin propósito, la mejora es sólo eso.
    Gracias por inspirarme a reflexionar!

    Responder

Deja un comentario