Habrá veces que mientras estamos trabajando por lograr algo, nos encontraremos en momentos de oscuridad, de decirnos a nosotros mismos “¿Y toda está friega para qué?” Empezamos a ver nuestros sueños lejanos, nos sentimos cansados y queremos mandar todo a la chingada. La verdad, les mentiría si les dijera que a mí no me ha pasado…
Cuando estaba arrancando mi negocio, hubo muchas situaciones complicadas: poco dinero, excesiva carga de trabajo, poca convivencia familiar… en fin, todo estaba patas para arriba, había días en que decía, “Todo sería más fácil si renunciara”, “Consigue un trabajo y ten un sueldo seguro”… de verdad, estaba exhausto. Y eso que siempre he dormido poco, pero en ese tiempo dormía aún menos y de hecho, pasarían años para que la situación mejorara al menos un poco. ¿Qué me mantenía de pie? ¿Cómo me mantenía motivado?.
Al comenzar a desarrollar software, tuve la oportunidad de ver cómo pequeñas empresas encontraban en nosotros una forma de crecer, vi mi trabajo y el de mi equipo reflejado en la operación de mis clientes, que quizás por ser pequeños, el impacto era más notorio; y fue ahí donde encontré mi pasión: aportar un granito de arena a empresas para que crezcan y de pronto me enamoré de una idea: “Hacer crecer a México”.
¿Qué fue esta frase para mí? Simple, la definición de mi propósito,
Un propósito es nuestra razón de existir, es él el que nos da el aliento cuando no hay nada más de donde agarrarnos, pero algo muy importante es que ese propósito tiene que empatar con nuestra pasión, porque si no disfrutas lo que haces, por más noble que sea tu propósito, no podrás hacerlo por mucho tiempo. Lo pondré en una frase:
Cuando la pasión se encuentra con el propósito, no hay nada, ni nadie, capaces de detenerte.
Y aquí está la clave: No sirve de nada amar lo que haces, si no amas también el por qué lo haces. Todos mis trabajos me han enseñado algo, si lo haces con propósito, incluso lavar baños se convierte en un medio para realizarte y podrás amar lo que hagas.
Define tu propósito, encuentra y únelo con tu pasión, da un salto de fe; y cuando lo hagas, por más pruebas a las que te someta la vida, nada podrá tumbarte, nadie podrá detenerte y transpirarás una motivación que se contagiará a otros.
Por último les comparto este link que me gustó sobre 10 pasos para encontrar tu verdadero propósito de vida
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