Siempre he respetado lo que nos enseñan los estóicos: aceptar que no podemos cambiar lo que sucede, pero sí elegir cómo reaccionar. Esa idea es muy útil para tratar el estrés y la ansiedad—dos males que nos acechan a todos—y es precisamente por eso que últimamente se vive lo que algunos ya llaman “el hype estoico”. En estos tiempos tan agitados, donde parece que todo se mueve a mil por hora, muchos encuentran en la filosofía estóica una herramienta para mantener la calma. Pero, ¿no crees que quedarse solo en esa postura puede volverse una trampa? Imagínate que te decimos “lo que pasa, pasa”, sin cuestionarlo ni buscar alternativas; a veces, esa aceptación se traduce en una pasividad que nos impide transformar el entorno o nuestra propia historia.
Limitarse a controlar la reacción es como quedarse en una sola versión de la realidad. Porque, si bien es vital no dejarse arrastrar por el caos emocional, también es fundamental explorar y reinventar la forma en la que interpretamos lo que vivimos. Ahí es donde entra el coaching ontológico, invitándonos a observar de manera diferente lo que nos sucede, a replantear nuestras creencias y a descubrir que, en cada situación, hay múltiples formas de verla. No se trata de negar lo que sientes, sino de reconocer que tu relato personal no tiene por qué estar escrito de una única forma.
Y si a esto le sumamos lo que nos dice la neurociencia, entendemos que nuestro cerebro es increíblemente plástico y capaz de adaptarse con nuevas experiencias y pensamientos. Con práctica, podemos reconfigurar esas respuestas automáticas y entrenar a nuestra mente para ver oportunidades en medio de la adversidad, en lugar de quedarnos atrapados en reacciones predeterminadas. No estamos condenados a responder siempre de la misma manera; tenemos la capacidad de transformar, de ser proactivos y de reinventar nuestra narrativa.
Así que, aunque el estoicismo—o mejor dicho, el hype estoico—es una herramienta eficaz para manejar el estrés y la ansiedad, no debe ser la única estrategia que utilicemos. La clave está en no resignarnos ante las circunstancias, sino en cuestionarlas, explorarlas y actuar para transformar activamente tu experiencia de vida. ¿Qué harás hoy para reconfigurar tu realidad?
